Para esta edición del Boletín, la Directora de Docencia Institucional UAI Pamela Marabolí, nos comparte una mirada sobre la capacitación continua de los docentes y cómo estas acciones permiten ir en búsqueda permanente de mejores prácticas docentes.

COLUMNA

Buenas Prácticas Docentes

“Para que la Beca de Enseñanza y Aprendizaje (SoTL) se entienda como un trabajo intelectual significativo en la academia, los profesionales de SoTL deben identificar principios compartidos de buenas prácticas. Si bien se honra la diversidad de SoTL en sus múltiples formas en todo el mundo, estos principios pueden servir como una heurística para evaluar el trabajo en nuestro campo… Aún más importante, estos principios articulan una visión de una erudición que mejora, tal vez incluso transforma, la enseñanza y el aprendizaje en la educación superior.”*

 

          La Asociación Española de Historia Económica (AEHE) define SoTL (Scholarship of Teaching and Learning) como un movimiento promovido por universidades americanas y europeas que fomenta el análisis sistemático de la enseñanza y sus efectos en el aprendizaje del alumnado e insta a compartir estas experiencias a nivel académico. Es precisamente esta idea de hacer comunidad entre los docentes UAI lo que motiva, en parte, la realización de instancias formales de capacitación docente, puesto que compartir con otros fomenta el análisis, discusión y surgen nuevas ideas de trabajo colaborativo que decanten en acciones pedagógicas innovadoras.

           

          En la universidad impulsamos docentes que estén en constante búsqueda de nuevas formas de enseñar, que desafíen a nuestros(as) estudiantes y que seamos líderes y referentes en educación superior. Para esto, nuestro cuerpo docente y académico debe contar con herramientas pedagógicas sólidas que les permitan dar respuesta a que en la UAI se aprende distinto. Para este motivo, nos encontramos en un constante análisis y revisión que releve la importancia de la capacitación docente y, paralelamente, entregar una oferta variada de herramientas que, permitan de manera continua ir abordando distintas temáticas en torno a la docencia, siendo un ejemplo de ello el Diplomado en Aprendizaje y Enseñanza en Educación Superior, complementado cada semestre con los talleres que organiza el Centro de Aprendizaje.

           Aprovecho la instancia para invitar a todos y todas a participar de estos talleres que buscan mejorar las prácticas docentes en el aula y así encaminarnos más profundamente en que “EN LA UAI SE APRENDE DISTINTO”.

 Referencias:

*Felten, P. (2013). Principles of Good Practice in SoTL. Teaching & Learning Inquiry The ISSOTL Journal, 1(1), 121–125https://doi.org/10.20343/teachlearninqu.1.1.121

TIPS Y RECOMENDACIONES DE BUENAS PRÁCTICAS DOCENTES

Importancia de las introducciones y conclusiones en nuestras clases

          La importancia de dar un inicio y término en cada una de las clases radica en que, más allá de buenas costumbres y buena crianza, en el hecho de dar un contexto a los y las estudiantes del proceso educativo, los prepara para orientar su atención a los aspectos centrales de la clase de ese día. Por supuesto que, en la medida que el inicio sea más amplio en términos de relacionarlo con la globalidad de los contenidos de la asignatura y su pertinencia para el rol profesional, siempre será un aporte. Ahora bien, entendiendo que no siempre contamos con el tiempo necesario, ya el hecho de informar los objetivos propuestos para el día es una instancia fundamental, trascendental y que debe ser incorporado desde la planificación para cada una de las clases, si lo que buscamos es favorecer aprendizajes desde nuestra práctica docente.

          Complementando lo anterior, el cierre es un momento neurálgico de la clase, en términos del cierre de los contenidos aprendidos durante esa jornada educativa (esa clase). El cierre de cada clase en la medida que sea realizado a partir de la verbalización de los estudiantes sobre los contenidos aprendidos, vienen a materializar el objeto de estudio, permitiéndoles volver a centrar la atención en lo importante y que reconozcan si aprendideron o no lo que se esperaba y, por otro lado, al docente le permite hacer un seguimiento del aprendizaje logrado y el nivel de profundidad alcanzado.

La importancia de formular preguntas desafiantes y significativas en la clase

          Las preguntas del tipo ¿se entendió? ¿alguna duda? son preguntas que suelen ser realiazadas en función de dar la oportunidad a aquéllos estudiantes que tienen dudas las puedan manifestar en ese momento, sin embargo, es también muy frecuente que ese tipo de pregunta sea retórica ya que, es el mismo docente quien responde que no hay dudas frente al silencio de la audiciencia.

          Invitamos a todos y todas las docentes a pensar el tipo de preguntas que realizamos en clases, para desafiar a los y las estudiantes, permitiendo ir más allá de la comprensión y evidenciar el nivel de análisis de los contenidos y saberes que están teniendo. Por otro lado, es importante tener claridad que por naturaleza humana, no todos responden a las preguntas y, por lo tanto, hay que destinar preguntas dirigidas para conocer el avance de todos y cada uno de los y las estudiantes en nuestra aula. Esta acción en la medida que se realice de manera permanente y sea frecuente en cada clase, deja de ser una situación estresante, sin connotación negativa a las preguntas, sino que busca ser parte del proceso de enseñanza y aprendizaje, donde además de entregar información sobre lo aprendido, es una instancia para el aprendizaje entre pares, donde el que responde, estará aportando a la comprensión de sus compañeros.

La importancia del uso de metodologías activas en clases

          Las metodologías activas o las estrategias activas de aprendizaje, tienen por finalidad que los contenidos, saberes y procedimientos sean ocupados por el estudiantado lo antes posible, para lograr que estos perduren en el tiempo. De acuerdo a los úlitmos estudios en el ámbito educativo, la tendencia muestra que todo nuevo aprendizaje debe ser utilizado cuanto antes en un contexto lo más real posible, ya que podrán relacionarlo (conexiones neuronales) con contenidos anteriores y experimentarán la actitud, ética y conducta moral esperable para cada caso.

          En relación a lo anterior, las metodologías activas traen consigo una concepción distinta de los formatos de planificación y es que, debemos dejar de pensar en QUÉ ENSEÑARÉ y pone el énfasis en QUÉ DEBEN HACER LOS ESTUDIANTES CON EL NUEVO CONOCIMIENTO. En la medida que ubiquemos al estudiante en el centro del proceso de enseñanza y aprendizaje, el docente pasa a ser de manera automática un medidador.

          Los invitamos a girar sus planificciones, comenzando con qué harán y qué deben ser capaces de hacer los estudiantes en cada una de las clases, a seguir con los contenidos y la mejor metodología para lograr lo propuesto.

 

Agradecimiento especial a las docentes de la Escuela de Negocios UAI y Escuela de Psicología UAI, junto a las practicantes de Continuidad Estudiantil que participaron con excelente disposición e hicieron posible los recursos audiovisuales incluidos en esta sección del boletín. 

La evaluación como parte del proceso de enseñanza y aprendizaje

 

          La evaluación siempre está presente en el proceso de enseñanza aprendizaje, la mayoría de las veces es, a través de evaluaciones sumativas calificadas, y en relación a esto ¿nos detenemos a pensar sobre la importancia que tiene la acción evaluativa, más allá de la calificación? Ciertamente es que se suele olvidar que la evaluación es la medición de los aprendizajes y que es un instrumento que recoge información sobre los logros alcanzados para la toma de decisión, a partir de la información recogida, como es el caso de lo que debe ser reforzado y los ajustes necesarios.

 

          Las actividades prácticas suelen ser actividades evaluativas y no se consideran como instancias de aprendizaje, pero si nos detenemos a considerar la evaluación como información que orienta el proceso, incorporamos mejores prácticas, como es la evaluación entre pares y la autoevaluación como instancias válidas y pertinentes para motivar al estudiantado a pensar críticamente sobre el actuar del compañero(a) y sobre su propio actuar. Esto los lleva a reflexionar y empoderarse con mayor autonomía y responsabilidad en su aprendizaje. Por otro lado, la evaluación cumple una función orientadora sobre el aprendizaje, en la medida que otorgue un momento de retroalimentación efectiva hacia el estudiante, esto quiere decir, que entregue información sobre los logros y avances alcanzados, así como también, lo que debe reforzar, estudiar y mejorar para alcanzar los objetivos propuestos en la asignatura.

 

          La autoevaluación y la coevaluación son instancias que, además de generar la crítica en uno mismo y sobre el otro, delinean lo que se espera que realicen, puesto que debe ser socializada con el estudiantado desde un comienzo del proceso formativo, en este caso, a comienzo de semestre, permitiendo que identifiquen la actitud que se espera y el alcance del rol como estudiante. Lo anterior toma relevancia cuando reconocemos que la educación debe avanzar hacia estudiantes activos autónomos con docentes mediadores.

 

          En conclusión, la evaluación también es una instancia formativa en el proceso de enseñanza aprendizaje y desde allí, toda buena práctica docente debe considerar instancias evaluativas diagnósticas, de proceso y sumativas, independiente de la calificación, considerando en las dos últimas instancias mencionadas, la retroalimentación como eje central, pues a fin de cuentas, lo que se busca es que los y las estudiantes aprendan. Pueden ver a continuación un video elaborado por el Instituto de Innovación de la Universidad Francisco de Vitoria, Madrid, sobre la autoevaluación, el feedback continuo y la coevaluación.