Para esta edición, invitamos a Diego Avanzini Phd. en Economía, Director de Docencia de la Escuela de Negocios UAI y profesor del área Economía, ha compartir una columna en relación a los aprendizajes significativos.

     Potenciando el Aprendizaje    Significativo en la Educación  Universitaria de Alta Calidad

 

Como docentes en nuestra universidad, es imperativo reflexionar sobre la esencia de nuestro compromiso educativo y cómo podemos elevar la calidad de la formación que ofrecemos a nuestros estudiantes. En este contexto, surge la pregunta fundamental: ¿cómo podemos potenciar el aprendizaje significativo de nuestros estudiantes?

La educación universitaria de alta calidad no solo trata de transmitir conocimientos, sino de inspirar un cambio profundo en la forma en que los estudiantes perciben, comprenden y aplican esos conocimientos en su vida y carrera. Para lograr esto, es esencial colocar al estudiante en el centro del proceso de enseñanza y aprendizaje, motivándolos a involucrarse y responsabilizarse por su propio desarrollo académico.

Una estrategia clave para potenciar el aprendizaje significativo es la creación de instancias prácticas de aplicación de los contenidos de los cursos. Los docentes debemos diseñar actividades que vinculen directamente los conceptos teóricos con situaciones del mundo real. Esto no solo proporciona relevancia a los contenidos, sino que también estimula la curiosidad y el interés de los estudiantes al mostrarles la aplicabilidad directa de lo que están aprendiendo.

El uso de ejemplos concretos es otro pilar fundamental. Al desarrollar nuestras clases, los docentes debemos ilustrar los conceptos abstractos mediante casos específicos que resuenen con la experiencia y los intereses de los estudiantes. Esto no solo facilita la comprensión, sino que también permite a los estudiantes visualizar la utilidad práctica de lo que están estudiando.

En este camino hacia el aprendizaje significativo, es crucial desplegar un abanico de estrategias pedagógicas que promuevan un enfoque vivencial. El Aprendizaje Basado en Retos, que plantea problemas reales para ser resueltos por los estudiantes, el Aprendizaje Basado en Proyectos, que involucra a los estudiantes en tareas creativas y aplicadas, y el Aprendizaje Basado en Casos, que presenta situaciones problemáticas del mundo real, son enfoques poderosos que nos permiten a los docentes vincular contenidos con aplicaciones, e impregnar los conocimientos con vivencias.

También podemos incluir estrategias más desafiantes, como la creación de casos a cargo de los estudiantes (student-generated cases) que invierte los roles de los estudiantes respecto a las vivencias. Esta puede ser una herramienta valiosa, ya que invita a los estudiantes a desarrollar casos basados en sus propias experiencias o investigaciones, dándoles la oportunidad no solo de fortalecer su comprensión de los conceptos, sino que también fomenta un ambiente colaborativo y participativo en el aula.[1]

En la práctica, la combinación de estas estrategias crea un entorno de aprendizaje dinámico y atractivo, donde los estudiantes no son meros receptores de información, sino agentes activos en la construcción de su conocimiento.

 

En conclusión, abogar por el aprendizaje significativo no solo es un imperativo pedagógico, sino un compromiso con el desarrollo integral de nuestros estudiantes. Es hora de trascender la mera transmisión de conocimientos y cultivar un ambiente educativo que nutra la comprensión profunda y duradera.